domingo, 12 de septiembre de 2010

PROCESO PARA LA ELABORACIÓN DE LA CAÑA DE AZÚCAR




El proceso de fabricación consta de los siguientes subprocesos:


Entrada o transporte de la caña de azúcar


La caña que llega a la fábrica se transporta desde los cañaverales, se pesa en las básculas y luego se descarga sobre las mesas de alimentación, con grúas tipo hilo o volteadores de camiones.


Molienda


La caña es sometida a un proceso de preparación que consiste en romper o desfibrar las celdas de los tallos por medio de picadoras. Luego unas bandas transportadoras la conducen a los molinos, donde se realiza el proceso de extracción de la sacarosa, consistente en exprimir y lavar el colchón de bagazo en una serie de molinos.


El lavado del colchón de bagazo se hace con jugo extraído en el molino siguiente (maceración) y el lavado del último molino se hace con agua condensada caliente (imbibición), que facilita el agotamiento de la sacarosa en el bagazo y evita la formación de hongos y la necesidad de emplear bactericidas.


El bagazo sale del último molino hacia las calderas, para usarlo como combustible, o al depósito de bagazo, de donde se despacha para usarlo como materia prima en la elaboración de papel.


Clarificación


El jugo proveniente de los molinos, una vez pesado en las básculas, pasa al tanque de alcalinización, donde se rebaja su grado de acidez y se evita la inversión de la sacarosa, mediante la adición de la lechada de cal. Este proceso ayuda a precipitar la mayor parte de las impurezas que trae el jugo. El jugo alcalinizado se bombea a los calentadores, donde se eleva su temperatura hasta un nivel cercano al punto de ebullición y luego pasa a los clarificadores continuos, en los que se sedimentan y decantan los sólidos, en tanto que el jugo claro que sobrenada es extraído por la parte superior. Los sólidos decantados pasan a los filtros rotatorios y al vacío, los cuales están recubiertos con finas mallas metálicas que dejan pasar el jugo, pero retienen la cachaza, que puede ser usada como abono en las plantaciones.


Evaporación


Luego el jugo clarificado pasa a los evaporadores, que funcionan al vacío para facilitar la ebullición a menor temperatura. En este paso se le extrae el 75% del contenido de agua al jugo, para obtener el producto o meladura. este proceso de caña de azúcar es procesado por tierra peruana de caña de azúcar El azúcar refinado se lava con condensado de vapor, se seca con aire caliente, se clasifica según el tamaño del cristal y se almacena en silos para su posterior empaque.


Cristalización


La cristalización o cocimiento de la sacarosa que contiene el jarabe se lleva a cabo en tachos al vacío. Estos cocimientos, según su pureza, producirán azúcar crudo (para exportación o producción de concentrados para animales), azúcar blanco (para consumo directo) o azúcar para refinación. La cristalización del azúcar es un proceso demorado que industrialmente se acelera introduciendo al tacho unos granos de polvillo de azúcar finamente molido. La habilidad y la experiencia de los operarios que deben juzgar el punto exacto de los cocimientos, es indispensable para la obtención de un buen producto. Esto deja una curva de solubilidad de la sacarosa.


Separación o centrifugación






Los cristales de azúcar se separan de la miel restante en las centrífugas. Estas son cilindros de malla muy fina que giran a gran velocidad. El líquido sale por la malla y los cristales quedan en el cilindro, luego se lava con agua. Las mieles vuelven a los tachos, o bien se utilizan como materia prima para la producción de alcohol etílico en la destilería. El azúcar de primera calidad retenido en las mallas de las centrífugas, se disuelve con agua caliente y se envía a la refinería, para continuar el proceso.


Cabe resaltar que en este punto se obtiene lo que se llama azúcar rubio, debido al color de los cristales; a continuación se detalla el proceso mediante el cual el azúcar rubio se convierte en azúcar blanco o azúcar refinado.


Refinado


Mediante la refinación, se eliminan o reducen las materias coloidales, colorantes o inorgánicas que el licor pueda contener. El azúcar disuelto se trata con ácido fosfórico y sacarato de calcio para formar un compuesto floculante que arrastra las impurezas, las cuales se retiran fácilmente en el clarificador. El material clarificado pasa a unas cisternas de carbón que quitan, por adsorción, la mayor parte de las materias colorantes presentes en el licor. El licor resultante se concentra, se cristaliza de nuevo en un tacho y se pasa a las centrífugas, para eliminar el jarabe.


Secado


El azúcar refinado se lava con condensado de vapor, se seca con aire caliente, se clasifica según el tamaño del cristal y se almacena en silos para su posterior empaque.


Envasado


El azúcar crudo de exportación sale directamente de las centrífugas a los silos de almacenamiento. Allí se carga a granel en las tractomulas que lo llevarán al puerto de embarque o bien se empaca en sacos de 50 kg para ser utilizado en la fabricación de alimentos concentrados para animales.


El azúcar refinado se empaca en presentación de 5, 500, 1000 y 2500 gramos; 50 y 100 kilogramos e incluso por toneladas.



LA SEÑORA DE CAO


La vida social

Descubierta en el año 2006, la Señora de Cao es para su descubridor, el arqueólogo Régulo Franco de la fundación Augusto N. Wiese, un hito en nuestra historia, ya que confirma en parte sus teorías acerca de esta antigua sociedad preínca y demuestra que la mujer ejerció el poder político y religioso en el valle de Chicama.

La tumba ha sido hallada en la huaca de Cao Viejo, ubicada en el Complejo Arqueológico de El Brujo, que se levanta en el distrito de Magdalena de Cao, en el departamento de La Libertad.



Este descubrimiento arqueológico también es importante por el casi perfecto estado de momificación del cuerpo de la soberana, así como por la belleza de su ajuar que incluye collares, narigueras y pendientes, hasta los enormes báculos que representaban el poderío de gobernante.

Según Régulo "la presencia de 18 collares, así como la variedad de emblemas, indica que la señora usaba distintos ornamentos de acuerdo con el tipo de ceremonia o ritual que se celebraba en el templo. Los collares

representaban una forma de relación con los distintos íconos sagrados y una forma de mostrar el poder supremo a su comunidad. Los metales oro y plata con que fueron confeccionados dan cuenta de los poderes mágico-religiosos de la Señora y su vinculación con el día y la noche. Esta dualidad también era usada por el Señor de Sipán, por lo que se deduce que esa mujer tenía el estatus de gobernante en esa sociedad teocrática del valle de Chicama. Estos gobernantes, además, tuvieron el estatus de personajes semidivinos".



El estado de conservación del cuerpo de la Señora de Cao es impresionante, a tal punto que los investigadores de la fundación Wiese estiman que su preservación es parecida a la de la momia encontrada en el nevado Ampato, en Arequipa, con la salvedad de que los restos arequipeños datan de la época incaica.

La Señora de Cao tiene tatuajes de serpientes y arañas en los antebrazos, los tobillos y los dedos de los pies. Régulo Franco explica que estos animales, en la simbología andina, están vinculados con la fertilidad de la tierra.



Los investigadores han determinado también que los tatuajes de serpientes podrían representar los cauces de los ríos, mientras que las arañas estaban vinculadas con la lluvia (se afirma que en la sierra su presencia o ausencia denota los períodos lluviosos). Régulo Franco señala otro detalle importante: "Las arañas son las tejedoras más maravillosas del reino animal".



Para el descubridor de la Señora de Cao, el hecho de que ella tenga tatuadas las imágenes de estos animales refuerza la idea de su labor como chamán o adivina. "Quizás fue una mujer que precedía las bondades o fracasos de la agricultura para el sostenimiento de la comunidad. Además, los tejidos, las agujas de oro, los telares o vestidos que ella misma hacía reflejaban el arte que había heredado de sus antepasados.

La vida religiosa

Es increíble cómo un fardo de un poco más de cien kilos, enterrado hace unos 1.700 años, mantenía oculto uno de los más apasionantes capítulos de la historia moche. En su interior, una poderosa dama dormía un sueño del que ha despertado hace poco para revalorar el papel de la mujer en nuestra historia y mostrarnos que también ellas supieron gobernar en el pasado.



La Señora de Cao es para su descubridor, el arqueólogo Régulo Franco de la fundación Augusto N. Wiese, un hito en nuestra historia, ya que confirma en parte sus teorías acerca de esta antigua sociedad preínca y demuestra que la mujer ejerció el poder político y religioso en el valle de Chicama.



Su descubridor y un equipo de arqueólogos trabajan en encontrar una respuesta científica a esta pregunta, pero el ajuar, la zona en donde estaba enterrada, el mausoleo y el contexto histórico que la rodeaban nos describen un personaje que ostentó el poder en un pueblo bien organizado y temeroso de sus dioses.



La tumba ha sido hallada en la huaca de Cao Viejo, ubicada en el Complejo Arqueológico de El Brujo, que se levanta en el distrito de Magdalena de Cao, en el departamento de La Libertad.



Este descubrimiento arqueológico también es importante por el casi perfecto estado de momificación del cuerpo de la soberana, así como por la belleza de su ajuar que incluye collares, narigueras y pendientes, hasta los enormes báculos que representaban el poderío de gobernante.



Esta es la Señora de Cao y esta es su historia que nuevamente comienza a escribirse 1.700 años después de su muerte.



GOBERNANTE CON ESTATUS DE SEMIDIOSA



LA SEÑORA DE CAO USABA DISTINTOS ORNAMENTOS DE ACUERDO CON EL TIPO DE CEREMONIA O RITUAL QUE SE CELEBRABA



El fardo funerario guardaba dentro de sí, además del cuerpo de la Señora de Cao, una serie de objetos que dan cuenta de la importancia del entierro. Si bien es cierto, esas joyas y atuendos son de menor tamaño, por su condición de dama, que las del Señor de Sipán, los lujos de ella superan en elaboración a los ornamentos del monarca preínca encontrado en Lambayeque.



Según Régulo Franco Jordán, de la fundación Wiese, "la presencia de 18 collares, así como la variedad de emblemas, indica que la señora usaba distintos ornamentos de acuerdo con el tipo de ceremonia o ritual que se celebraba en el templo. Los collares

representaban una forma de relación con los distintos íconos sagrados y una forma de mostrar el poder supremo a su comunidad. Los metales oro y plata con que fueron confeccionados dan cuenta de los poderes mágico-religiosos de la Señora y su vinculación con el día y la noche. Esta dualidad también era usada por el Señor de Sipán, por lo que se deduce que esa mujer tenía el estatus de gobernante en esa sociedad teocrática del valle de Chicama. Estos gobernantes, además, tuvieron el estatus de personajes semidivinos".



El estado de conservación del cuerpo de la Señora de Cao es impresionante, a tal punto que los investigadores de la fundación Wiese estiman que su preservación es parecida a la de la momia encontrada en el nevado Ampato, en Arequipa, con la salvedad de que los restos arequipeños datan de la época incaica.



Para los investigadores, son dos los factores que habrían contribuido a conservar los restos de la Señora de Cao. El primero es el nivel intermedio en que se encontró la tumba con relación a los niveles superior e inferior de la Huaca de Cao. Mantenerse lejos de la superficie impidió que la momia fuera presa de la humedad de las lluvias, especialmente de las que se producen en la época del fenómeno de El Niño. Asimismo, estar lejos de las bases de la pirámide dejó el cuerpo fuera del alcance de la napa freática que también hubiera podido causar estragos.



Otro detalle interesante en cuanto a la preservación del cadáver es el uso de un mineral llamado cinabrio o sulfato de mercurio. Este elemento funcionó como un repelente y veneno para las bacterias que podrían haber deteriorado el cuerpo. Las pruebas realizadas hasta el momento consideran que algunas de las telas y metales con las que fue enterrada la Señora de Cao también fueron impregnadas de este mineral.



¿Qué es el cinabrio? Según algunos investigadores, se trata de un metal rojizo que fue usado desde tiempos inmemoriales por los antiguos peruanos y otras culturas con fines ceremoniales relacionados con la muerte. Leyendas occidentales señalan que esta sustancia era utilizada por aquellas personas que temían que las personas muertas regresaran a la vida. Lo cierto es que en el caso específico de la Señora de Cao cumplió con creces su función preservante del cuerpo de la fallecida.



LOS TATUAJES



La Señora de Cao tiene tatuajes de serpientes y arañas en los antebrazos, los tobillos y los dedos de los pies. Régulo Franco explica que estos animales, en la simbología andina, están vinculados con la fertilidad de la tierra.



Los investigadores han determinado también que los tatuajes de serpientes podrían representar los cauces de los ríos, mientras que las arañas estaban vinculadas con la lluvia (se afirma que en la sierra su presencia o ausencia denota los períodos lluviosos). Régulo Franco señala otro detalle importante: "Las arañas son las tejedoras más maravillosas del reino animal".



Para el descubridor de la Señora de Cao, el hecho de que ella tenga tatuadas las imágenes de estos animales refuerza la idea de su labor como chamán o adivina. "Quizás fue una mujer que precedía las bondades o fracasos de la agricultura para el sostenimiento de la comunidad. Además, los tejidos, las agujas de oro, los telares o vestidos que ella misma hacía reflejaban el arte que había heredado de sus antepasados.



LAS CAUSAS DE SU MUERTE



Los investigadores encabezados por Franco Jordán aún no determinan las causas de la muerte de esta gobernante que falleció aproximadamente entre los 20 y 25 años de edad. Sin embargo, una de las posibilidades tendría que ver con su maternidad. Al parecer, ella habría estado embarazada en el momento de su fallecimiento.



Otra hipótesis sobre la muerte de la Señora, que los arqueólogos tienen en cuenta, es que el deceso se produjo durante un tiempo de crisis de la sociedad moche. Los cambios que presenta la pirámide en sus estructuras serían una prueba de ello.



¿Qué habría motivado estos cambios? Al parecer, habrían sido motivados por torrenciales lluvias que afectaron gravemente la estructura de adobe de la pirámide.



¿Se trató de un suicidio o un asesinato para calmar a los dioses? Tal vez nunca se sepa, pero lo que sí se conoce es que se trataba de un personaje muy importante en la sociedad mochica del valle de Chicama.



LAS JOYAS COMO SÍMBOLOS DE PODER



A.- Antes de este descubrimiento, no había ningún reporte científico sobre el hallazgo de narigueras en tumbas de mujeres de la cultura moche. Esas joyas, se pensaba que eran exclusivas de los hombres.



B.- Las narigueras halladas en la tumba de la Señora de Cao son de oro y plata y representan a prisioneros desnudos con la soga al cuello, al dios decapitador, alacranes, pelícanos, cóndores, la cabeza del dios Ayapaec, entre otras escenas.



C.- Las porras de madera forradas con metal dorado, encontradas dentro del fardo funerario, habrían sido utilizadas durante las ceremonias como símbolos de poder y hegemonía.



D.- Las diademas de oro y coronas halladas en el fardo tenían diversos motivos. Por ejemplo, una de ellas representaba un murciélago con expresión feroz. Lejos de lo que pudiera pensarse, este animal estaría relacionado con el concepto de
EL CABALLITO DE TOTORA








En el distrito de Huanchaco, provincia de Trujillo, departamento de La Libertad, los pescadores artesanales dependen casi íntegramente de la TOTORA para el desarrollo de su actividad.


Ello es posible gracias a la fabricación de pequeñas embarcaciones conocidas como "caballitos de totora", diseñadas especialmente para transportar a un pescador y sus aparejos. Los caballitos son construidos con los tallos y hojas de dicha planta acuática, miden entre 4 y 5 m de largo, tienen un diámetro de hasta 1 m, pesan entre 40 y 50 kg, y soportan una carga útil de 200 kg.


La parte frontal de la embarcación, o proa, presenta una forma aguda y levantada, mientras que el extremo posterior es más ancho y plano. Este modelo emula al que utilizaban los pobladores de la cultura Chimú, mientras que los caballitos Moche tenían ambos extremos bien erguidos.


La fabricación de un caballito toma de 1 a 4 semanas, y su tiempo de duración, dependiendo de la intensidad de su uso, oscila entre 1 y 2 meses. Se sabe que cuando la pesca es fructífera los pescadores construyen hasta 3 embarcaciones al mismo tiempo para usarlas interdiariamente.


Los caballitos de totora son producto de la necesidad de los pescadores artesanales que ven en esa embarcación una herramienta económica y segura, ya que su mantenimiento es poco costoso y su maniobrabilidad es muy grande al permitir esquivar roquedales y deslizarse sobre las olas.


Esta pequeña nave ha sido utilizada desde tiempos ancestrales, y desde entonces tiene una serie de beneficios para el ambiente ya que el cultivo de TOTORA contribuye con el mantenimiento de la napa freática para la agricultura, almacena agua a través de los huachaques, estabiliza el suelo de la línea costera y controla las inundaciones.


Hoy, el caballito de totora se ha convertido en un emblema del Perú, y favorece la actividad turística y gastronómica en el país, sobre todo en las caletas de Huanchaco y Pimentel, gracias a las competencias internacionales que se organizan para correr olas en los caballitos y degustar los sabrosos potajes hechos con frutos del mar.