LA SEÑORA DE CAO
La vida social
Descubierta en el año 2006, la Señora de Cao es para su descubridor, el arqueólogo Régulo Franco de la fundación Augusto N. Wiese, un hito en nuestra historia, ya que confirma en parte sus teorías acerca de esta antigua sociedad preínca y demuestra que la mujer ejerció el poder político y religioso en el valle de Chicama.
La tumba ha sido hallada en la huaca de Cao Viejo, ubicada en el Complejo Arqueológico de El Brujo, que se levanta en el distrito de Magdalena de Cao, en el departamento de La Libertad.
Este descubrimiento arqueológico también es importante por el casi perfecto estado de momificación del cuerpo de la soberana, así como por la belleza de su ajuar que incluye collares, narigueras y pendientes, hasta los enormes báculos que representaban el poderío de gobernante.
Según Régulo "la presencia de 18 collares, así como la variedad de emblemas, indica que la señora usaba distintos ornamentos de acuerdo con el tipo de ceremonia o ritual que se celebraba en el templo. Los collares
representaban una forma de relación con los distintos íconos sagrados y una forma de mostrar el poder supremo a su comunidad. Los metales oro y plata con que fueron confeccionados dan cuenta de los poderes mágico-religiosos de la Señora y su vinculación con el día y la noche. Esta dualidad también era usada por el Señor de Sipán, por lo que se deduce que esa mujer tenía el estatus de gobernante en esa sociedad teocrática del valle de Chicama. Estos gobernantes, además, tuvieron el estatus de personajes semidivinos".
El estado de conservación del cuerpo de la Señora de Cao es impresionante, a tal punto que los investigadores de la fundación Wiese estiman que su preservación es parecida a la de la momia encontrada en el nevado Ampato, en Arequipa, con la salvedad de que los restos arequipeños datan de la época incaica.
La Señora de Cao tiene tatuajes de serpientes y arañas en los antebrazos, los tobillos y los dedos de los pies. Régulo Franco explica que estos animales, en la simbología andina, están vinculados con la fertilidad de la tierra.
Los investigadores han determinado también que los tatuajes de serpientes podrían representar los cauces de los ríos, mientras que las arañas estaban vinculadas con la lluvia (se afirma que en la sierra su presencia o ausencia denota los períodos lluviosos). Régulo Franco señala otro detalle importante: "Las arañas son las tejedoras más maravillosas del reino animal".
Para el descubridor de la Señora de Cao, el hecho de que ella tenga tatuadas las imágenes de estos animales refuerza la idea de su labor como chamán o adivina. "Quizás fue una mujer que precedía las bondades o fracasos de la agricultura para el sostenimiento de la comunidad. Además, los tejidos, las agujas de oro, los telares o vestidos que ella misma hacía reflejaban el arte que había heredado de sus antepasados.
La vida religiosa
Es increíble cómo un fardo de un poco más de cien kilos, enterrado hace unos 1.700 años, mantenía oculto uno de los más apasionantes capítulos de la historia moche. En su interior, una poderosa dama dormía un sueño del que ha despertado hace poco para revalorar el papel de la mujer en nuestra historia y mostrarnos que también ellas supieron gobernar en el pasado.
La Señora de Cao es para su descubridor, el arqueólogo Régulo Franco de la fundación Augusto N. Wiese, un hito en nuestra historia, ya que confirma en parte sus teorías acerca de esta antigua sociedad preínca y demuestra que la mujer ejerció el poder político y religioso en el valle de Chicama.
Su descubridor y un equipo de arqueólogos trabajan en encontrar una respuesta científica a esta pregunta, pero el ajuar, la zona en donde estaba enterrada, el mausoleo y el contexto histórico que la rodeaban nos describen un personaje que ostentó el poder en un pueblo bien organizado y temeroso de sus dioses.
La tumba ha sido hallada en la huaca de Cao Viejo, ubicada en el Complejo Arqueológico de El Brujo, que se levanta en el distrito de Magdalena de Cao, en el departamento de La Libertad.
Este descubrimiento arqueológico también es importante por el casi perfecto estado de momificación del cuerpo de la soberana, así como por la belleza de su ajuar que incluye collares, narigueras y pendientes, hasta los enormes báculos que representaban el poderío de gobernante.
Esta es la Señora de Cao y esta es su historia que nuevamente comienza a escribirse 1.700 años después de su muerte.
GOBERNANTE CON ESTATUS DE SEMIDIOSA
LA SEÑORA DE CAO USABA DISTINTOS ORNAMENTOS DE ACUERDO CON EL TIPO DE CEREMONIA O RITUAL QUE SE CELEBRABA
El fardo funerario guardaba dentro de sí, además del cuerpo de la Señora de Cao, una serie de objetos que dan cuenta de la importancia del entierro. Si bien es cierto, esas joyas y atuendos son de menor tamaño, por su condición de dama, que las del Señor de Sipán, los lujos de ella superan en elaboración a los ornamentos del monarca preínca encontrado en Lambayeque.
Según Régulo Franco Jordán, de la fundación Wiese, "la presencia de 18 collares, así como la variedad de emblemas, indica que la señora usaba distintos ornamentos de acuerdo con el tipo de ceremonia o ritual que se celebraba en el templo. Los collares
representaban una forma de relación con los distintos íconos sagrados y una forma de mostrar el poder supremo a su comunidad. Los metales oro y plata con que fueron confeccionados dan cuenta de los poderes mágico-religiosos de la Señora y su vinculación con el día y la noche. Esta dualidad también era usada por el Señor de Sipán, por lo que se deduce que esa mujer tenía el estatus de gobernante en esa sociedad teocrática del valle de Chicama. Estos gobernantes, además, tuvieron el estatus de personajes semidivinos".
El estado de conservación del cuerpo de la Señora de Cao es impresionante, a tal punto que los investigadores de la fundación Wiese estiman que su preservación es parecida a la de la momia encontrada en el nevado Ampato, en Arequipa, con la salvedad de que los restos arequipeños datan de la época incaica.
Para los investigadores, son dos los factores que habrían contribuido a conservar los restos de la Señora de Cao. El primero es el nivel intermedio en que se encontró la tumba con relación a los niveles superior e inferior de la Huaca de Cao. Mantenerse lejos de la superficie impidió que la momia fuera presa de la humedad de las lluvias, especialmente de las que se producen en la época del fenómeno de El Niño. Asimismo, estar lejos de las bases de la pirámide dejó el cuerpo fuera del alcance de la napa freática que también hubiera podido causar estragos.
Otro detalle interesante en cuanto a la preservación del cadáver es el uso de un mineral llamado cinabrio o sulfato de mercurio. Este elemento funcionó como un repelente y veneno para las bacterias que podrían haber deteriorado el cuerpo. Las pruebas realizadas hasta el momento consideran que algunas de las telas y metales con las que fue enterrada la Señora de Cao también fueron impregnadas de este mineral.
¿Qué es el cinabrio? Según algunos investigadores, se trata de un metal rojizo que fue usado desde tiempos inmemoriales por los antiguos peruanos y otras culturas con fines ceremoniales relacionados con la muerte. Leyendas occidentales señalan que esta sustancia era utilizada por aquellas personas que temían que las personas muertas regresaran a la vida. Lo cierto es que en el caso específico de la Señora de Cao cumplió con creces su función preservante del cuerpo de la fallecida.
LOS TATUAJES
La Señora de Cao tiene tatuajes de serpientes y arañas en los antebrazos, los tobillos y los dedos de los pies. Régulo Franco explica que estos animales, en la simbología andina, están vinculados con la fertilidad de la tierra.
Los investigadores han determinado también que los tatuajes de serpientes podrían representar los cauces de los ríos, mientras que las arañas estaban vinculadas con la lluvia (se afirma que en la sierra su presencia o ausencia denota los períodos lluviosos). Régulo Franco señala otro detalle importante: "Las arañas son las tejedoras más maravillosas del reino animal".
Para el descubridor de la Señora de Cao, el hecho de que ella tenga tatuadas las imágenes de estos animales refuerza la idea de su labor como chamán o adivina. "Quizás fue una mujer que precedía las bondades o fracasos de la agricultura para el sostenimiento de la comunidad. Además, los tejidos, las agujas de oro, los telares o vestidos que ella misma hacía reflejaban el arte que había heredado de sus antepasados.
LAS CAUSAS DE SU MUERTE
Los investigadores encabezados por Franco Jordán aún no determinan las causas de la muerte de esta gobernante que falleció aproximadamente entre los 20 y 25 años de edad. Sin embargo, una de las posibilidades tendría que ver con su maternidad. Al parecer, ella habría estado embarazada en el momento de su fallecimiento.
Otra hipótesis sobre la muerte de la Señora, que los arqueólogos tienen en cuenta, es que el deceso se produjo durante un tiempo de crisis de la sociedad moche. Los cambios que presenta la pirámide en sus estructuras serían una prueba de ello.
¿Qué habría motivado estos cambios? Al parecer, habrían sido motivados por torrenciales lluvias que afectaron gravemente la estructura de adobe de la pirámide.
¿Se trató de un suicidio o un asesinato para calmar a los dioses? Tal vez nunca se sepa, pero lo que sí se conoce es que se trataba de un personaje muy importante en la sociedad mochica del valle de Chicama.
LAS JOYAS COMO SÍMBOLOS DE PODER
A.- Antes de este descubrimiento, no había ningún reporte científico sobre el hallazgo de narigueras en tumbas de mujeres de la cultura moche. Esas joyas, se pensaba que eran exclusivas de los hombres.
B.- Las narigueras halladas en la tumba de la Señora de Cao son de oro y plata y representan a prisioneros desnudos con la soga al cuello, al dios decapitador, alacranes, pelícanos, cóndores, la cabeza del dios Ayapaec, entre otras escenas.
C.- Las porras de madera forradas con metal dorado, encontradas dentro del fardo funerario, habrían sido utilizadas durante las ceremonias como símbolos de poder y hegemonía.
D.- Las diademas de oro y coronas halladas en el fardo tenían diversos motivos. Por ejemplo, una de ellas representaba un murciélago con expresión feroz. Lejos de lo que pudiera pensarse, este animal estaría relacionado con el concepto de